14 de abril de 2009

Desatascando tuberías

De vez en cuando no viene mal una desatascada de tuberías, y sobre todo teniendo en cuenta el modo en que su señora madre nos había cortado el rollo por la mañana, así que cuando vía MSN me dijo que se iba al trabajo, no dudé en volver al piso a hacerle compañía -ya que yo sufro mucho por el abandono familiar- y me había quedado con las ganas de más, porque aun tenía algún que otro atasco en alguna que otra de mis tuberías.

[...]

Echaba de menos esas fuertes respiraciones que rompen el cargado aire del ambiente, esos escalofríos y sus sudores fríos aun y el calor en la habitación… Me encanta el sabor de sus labios, me encanta sentirme inmovilizado en el suelo bajo sus brazos, me encantan sus besos y me encanta el tacto de su piel. Me encanta sentirme sucio, y me encanta saber que lo nuestro roza lo prohibido, un imán que me pide más y más y que, aunque parezca mentira, me trae loco…

[...]

He decidido abandonar las ralladas de antes: voy a vivir el momento, sin pensar en qué vendrá y qué pasará. Voy a dejar de lado la racionalidad y voy a hacer lo que me apetezca, porque sin lugar a dudas, me lo merezco.